Juan Pablo Villarroel, artista visual oriundo de Concepción y conocido artísticamente como Jota Lara, es el ilustrador en El mural de los cerdos de Rubén Dittus, la primera novela que publicará Nass Papier. En esta entrevista nos cuenta la realidad de los dibujos detrás de este relato ucrónico sobre un atentado que cambia la historia de Chile: 30 ilustraciones en blanco y negro y una “sugerente” pata de cerdo que irá en la portada a todo color.
¿Cómo fue el diálogo que tuviste con el autor a la hora de definir cómo representar cada capítulo en una ilustración? ¿Sentiste que de alguna forma se te hizo más complejo resumir cada capítulo en una ilustración?
Tuve súper buena relación con el autor, excelente. Él me dio mucha libertad de trabajo. Bueno, apliqué ciertos procedimientos personales para tratar el libro. Me leo cada capítulo, y de cada capítulo voy haciendo un resumen y haciendo propuestas de qué escenas son las que yo considero que son importantes mostrar. Ahora, ¿qué elementos yo destaco o qué elementos ocupo para determinar qué imagen es la que la que voy a hacer? Me baso en que pueda ser el resumen general del capítulo. También, por ejemplo, no mostrar algo, no hacer un spoiler. Entonces se usan figuras retóricas, generalmente, para determinar ciertas cosas o el momento “peak” del capítulo que pueden ser tres párrafos, por ejemplo. Con respecto a la relación que tuve con el autor, él me dejó mucha libertad, fue muy buena, muy fluida. Tuvimos como buena química en ese sentido y buena química con el libro, porque de pronto puede que haya libros más complejos o enrevesados en capítulos o capítulos más complejos. Pero en este caso, fue muy fluido. Como que hay un determinante también, que es cuándo se te ilumina la ampolleta, entonces es un factor. No lo llamaría factor suerte, pero es muy parecido.
La fluidez que describes del capítulo te fue facilitando la definición de qué ir ilustrando. ¿Eso te facilitó el proceso de alguna manera?
Claro, porque hay capítulos que son de imágenes y hay capítulos que son de sentimientos. Que corresponden a sentimientos o pensamientos. Entonces definirlo, cuando están mezclados, puedes tomar la parte imagen del capítulo. Por ejemplo, si te hablo de un café, y casi todo gira en torno al café, obviamente vas mostrar el café. Pero si te hablo de una plaza y son dos personas conversando de un tema sentimental, es un proceso un poco más difícil. Entonces hay que escarbarlo más. En El mural de los cerdos no todos los capítulos son explícitos, había algunos que hubo que muñequear de una manera un poco más para sacarlos. Pero en este caso sí yo lo encontré fluido por lo menos y se hizo entretenido.
Otra dificultad que indicaste es el tema de no ir spoileando con la ilustración. Eso le añade un grado de dificultad a la hora de definir qué quieres tú mostrar. Es como decir: muestro, pero sin ser tan explícito.
Bueno, es que aquí entra es un poco, yo creo, la edición posterior. Porque, por ejemplo, si hay un asesinato en alguna parte de un capítulo de una novela o una muerte en una novela de terror, yo puedo hacer esa simple la escena de ese asesinato perfectamente, cierto, porque es el peak del capítulo. Pero tiene que ir al final, no puede ir antes. O si no voy a spoilear. Pero yo de ese capítulo, de ese asesinato, puedo usar una figura retórica y no necesariamente mostrar el asesinato en sí. Sino que puedo sugerir una mancha de sangre, un cuchillo con sangre o algo que no vas a saber, pero que lo vas a entender después de leerlo.
Algo que te da solo una pista, pero no te revela todo.
Exactamente. Es que de repente no hay que mostrar todo. Yo tengo esa forma con respecto a los libros, no hay que mostrar todo, hay que sugerir ciertas cosas. Porque si no sería una novela gráfica. Entonces la idea de ilustrar un libro es que te sugieras ciertas cosas, porque el noventa por ciento de la diversión de un libro es tu imaginación. Entonces tienes que ser bien cuidadoso con qué cosa vas a poner y qué cosa no.
¿Cuáles fueron las técnicas que utilizaste tanto para la portada como para cada ilustración de los capítulos? ¿Cuál fue la metodología de trabajo que usaste?
Después de escribir las escenas que yo creo que podían funcionar pasaron a un boceto en un grafito, el cual debía ser aprobado. Cuando era aprobado, pasaba al estilógrafo, a tinta de tinta lineal. Esas son las ilustraciones internas. Y la portada se decidió hacer en acuarela, porque con esta técnica se alcanzan efectos más impactantes.
¿Cómo partió tu historia con el arte y en particular con la ilustración y la pintura?
Bueno, la parte artística digamos, comienza desde pequeño, como yo creo que la mayoría nosotros, los que nos dedicamos al arte. También fue avanzando una vez que yo entré a la escuela de diseño, teníamos ramos de ilustración, entonces ahí aprendí un poco más de técnica, un poco más referente a la parte más técnica en realidad, que es la que uno, porque uno la creatividad o lo que el entorno uno lo maneja, pero necesitas la técnica. Entonces ahí aprendí eso, y fue a lo que salí de la carrera, quise dedicarme un poco más profesionalmente al tema. Esto desde el 2006, 2007 en adelante. Así que ahí comencé a hacer la ilustración. Cada vez fui aprendiendo más, me fui puliendo más y empecé a tomar clientes ya. Sobre todo, comencé con el tema de la naturaleza, digamos flora y fauna. Y anteriormente que estudié diseño yo estudié también agronomía, un año, entonces ahí conocí algunos profesores a los que yo ayudaba con algunos temas de arte, digamos a sus publicaciones. Y ahí comencé a meterme un poco más en el tema más profesional y aprender a hacer trabajos bien terminados y acorde a lo que es la relación y sobre todo a aprender la relación con el cliente, el cumplir al cliente, el respetar los términos, el respetar el plazo. Creo que una de las cosas más importantes que hay en el tema, aparte de un trabajo en el que el cliente quede satisfecho. Pero cumplimiento de los plazos, yo creo que es de lo más importante, es algo que la palabra que tengo.
En el ámbito de los cómics, has escrito tus propios guiones y a la vez has participado con otros guionistas, los que han sido publicados en la revista Insomnia.
El cómic es un tema nuevo que yo no había tratado antes y multidisciplinario, o sea hay que aprender hartas cosas para poder comenzar. Cuando uno hace todo, uno es dibujante, guionista, entintador y de todo. Me gusta mucho el tema de contar algo, porque de pronto uno igual a cierta edad como que le empiezan a florecer ciertas inquietudes artísticas y la parte escribir súper interesante. De crear una historia y no solamente quedarse con eso, porque el cómic es una pequeña película, es un pequeño corto, en el cual uno es un director. O sea, uno juega de manera muy simple o no tan simple, pero juega a ser director de cine, porque manejas un guion, porque los personajes uno los diseña a gusto personal: los vistes como tú quieres, creas los escenarios que tú quieres, los efectos especiales que tú quieras. Y por eso creo que es lo más completo a modo artístico.
¿Hay alguna veta de esos trabajos a la que le tengas más aprecio o donde te sientas más cómodo?
Mira el cómic es difícil, es súper difícil, porque hay que manejar mucha técnica. Bueno, donde yo me siento más como pez en el agua es con la flora y fauna. Porque es lo que he hecho por más tiempo, tengo como más expertise en eso, sobre todo en aves, así que creo que es lo que más me acomoda. Pero, sin embargo, lo que pasa es que los otros temas, cuando hay un cliente por medio, en ilustración, no está tan atada a algo, está atada a una instrucción. En ilustración de un libro está atado al argumento del libro, por lo tanto, no puedes salirte de sus bordes. Hay ciertos bordes donde puedes jugar, pero no te puedes salir de esos bordes. Entonces, ahí es donde viene la parte del profesionalismo del ilustrador como se entiende con el autor, digamos. Si llegan a los mismos puestos, hace el trabajo mucho más fácil. Ilustrar libros no es fácil, pero donde me siento más cómodo, a lo que va tu pregunta, claro, es con ese tipo de obras. Cuando tú te sientas a ilustrar algo que tú quieres, que bien vendría a ser un trabajo un poco más artístico.
Dentro de tu trayectoria, has hecho ilustración más científica trabajando con académicos de la universidad ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue bastante interesante, importante, porque uno se topa con gente mucho más seria. Entonces uno le pone seriedad al tema porque no está haciendo. A pensar que todos los clientes son importantes, eso es verdad, pero hay unos que tienden a impresionar un poco más. En la Universidad de Concepción trabajé con un profesor que ya no está con nosotros de la Facultad de Veterinaria. Ahora, la ilustración está bastante de moda, debo decir que cuando yo salí o empecé a dedicarme al tema no era tanto, pero ahora sí es bastante masivo. Así que hay de todo tipo de clientes, en el ámbito publicitario y educativo. Por ejemplo, la ilustración publicitaria es muy distinta a la científica, muy distinta de la particular. Si bien es cierto ciertas técnicas se mezclan o son paralelas, pero se ocupan de manera muy distinta. Entonces, como la conceptualización de cada proyecto es muy diferente con los tipos de ilustración que hay. Así que hay que tratar de manejarlas todas.
Tengo entendido que además has dictado talleres, formando a personas que les gusta el arte, la pintura ¿Hay alguna técnica o alguna metodología con la que te sientas más cómodo a la hora de desarrollar tu trabajo?
Sí, mira, estuvimos haciendo con otros colegas unos talleres con FYCIF (Centro Cultural Fantasía y Ciencia Ficción); talleres de arte orientados de modo educativo a gente que no tiene ninguna relación o no ha tenido ninguna relación con técnicas artísticas, técnicas pictóricas. Yo quise hacerlo, por ejemplo, si el taller es de acuarela, ellos quieren pintar nada más. Entonces, el tema es que los guío a través de lo básico hasta la pintura, porque hay pasos que no pueden saltar, pero todo de manera didáctica y sabiendo que hay gente que no conoce nada del tema o muy poco. Entonces fue un desafío bastante simpático, nuevo, porque uno se enfrenta con gente que no conoce el tema. Y partir desde cero, es recordar lo que uno aprendió y aplicárselo a ellos también. Cómo uno aprendió y cómo se puede hacer un poco más fácil también. Obviamente, bueno, hay algunos más entusiastas que otros y pueden llegar a niveles de bien buenos. Pero sí fue una experiencia bastante enriquecedora.
Para acceder a algunos trabajos de Jota Lara puedes navegar aquí:
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